1.
La Iliada (homero)}
2.
La Odisea (homero)
3.
Edipo rey (Sófocles)
4.
Edipo en Colona (Sófocles)
5.
Antígona (Sófoles)
6.
La Orestiada (Esquilo)
7.
Los siete contra Tebas (Esquilo
8.
Prometeo encadenado (Esquilo)
9.
La poética (Aristóteles)
10.
Medea (Eurípides)
11.
Ifigenia (Eurípides)
12.
Electra (Eurípides)
13.
La Eneida (Virgilio)
14.
El arte de amar (Ovidio)
15.
Las metamorfosis (Ovidio)
16.
La divina comedia (Dante Alighieri)
17.
El decameron (Giovanni Boccaccio)
18.
Coplas a la muerte de su padre (Jorge Manrique)
19.
Romeo y Julieta (William Shakespeare)
20.
Otelo (William Shakespeare)
21.
Macbeth (William Shakespeare)
22.
Hamlet (William Shakespeare)
23.
El rey Lear (William Shakespeare)
24.
Ensayos (Michel de Montaigne)
25.
Elogio de la locura (Erasmo de Rotterdam)
26.
El Lazarillo de Tormes
27.
Don Quijote
28.
Fuenteovejuna (Lope de Vega)
29.
Calderón de la Barca (Calderón de la Barca)
30.
Soledades (Luis de Góngora)
31.
Oda a la vida retirada (Fray Luis de León)
32.
El sí de las niñas (Leandro Fernández de
Moratín)
33.
El avaro (Moliere)
34.
El médico a palos (Moliere)
35.
Andrómaca (Racine)
36.
Werther (J. W. Goethe)
37.
Fausto (J. W. Goethe)
38.
Los miserables (Victor Hugo)
39.
Hernani (Victor Hugo)
40.
Rimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer)
41.
El gato negro (Edgar Allan Poe)
42.
El retrato oval (Edgar Allan Poe)
43.
Frankenstein (Mary Shelley)
44.
Crimen y castigo (Fedor Dostievski)
45.
El idiota (Fedor Dostievski)
46.
El jugador (Fedor Dostoievski)
47.
Madame Bovary (Gustavo Flaubert)
48.
La metamorfosis (Franz Kafka)
49.
El viejo y el mar (Ernest Heminway)
50.
Ulises (James Joyce)
Cuenta
la leyenda que Hércules tuvo que viajar con su esposa Deyanira al exilio. En su
viaje, la pareja llegó a la orilla del río Eveno, donde el centauro Neso
ayudaba a los viajeros a cruzar el cauce. Neso ayudó en primer lugar a cruzar a
Hércules, pero cuando hacía lo propio con Deyanira intentó raptarla y violarla.
Ante los gritos de ayuda de su esposa, el hijo de Zeus disparó una flecha al
centauro, hiriéndole de muerte.
Pero,
este antes de morir aún se dio tiempo de maquinar una última venganza: entregó
a Deyanira una túnica envenenada con su sangre, diciéndole que con ella podría
revivir el amor del esposo si algún día se debilitaba.
Pasó el tiempo. La pareja se estableció en
Traquis y un día Deyanira se enteró de que Hércules se había enamorado de
Yole, princesa de Ecalia, por lo que creyó que era el momento oportuno para
probar la milagrosa túnica. Así que cuando su amado regresó, le ofreció la
prenda como si de un regalo se tratara. Él aceptó complacido. Nada más
cubrirse con ella, el héroe fue atacado por el virulento veneno que tenía
impregnado; intentaba quitársela pero la prenda estaba tan adherida a su carne
que se arrancaba pedazos de la misma. Devorado por el insoportable sufrimiento,
mandó que levantasen una pira en el monte Eta. Una vez allí, extendió su piel
de león sobre la pira y tras hacer prometer a Filoctetes (el único que le
acompañaba en ese momento) que nunca revelaría su emplazamiento, se arrojó
sobre la pira. Se contaba que antes de inmolarse Hércules habría perdonado a
Deyanira; perdón que llegó tarde ya que ésta, destrozada por la pérdida del
esposo, se ahorcó.
También
se contaba que en este último instante entre los mortales Heracles habría
entregado a Filoctetes las flechas emponzoñadas con el veneno de Neso,
flechas que después emplearía en la guerra de Troya para dar muerte a Paris.
Con
todo Heércules no murió, ya que Zeus ordenó que su amado hijo fuera sacado de
las llamas y conducido al Olimpo, donde finalmente le fue concedida la
inmortalidad.
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