Hambre de Knut Hamsun es el escrito ideal para templar el alma del futuro novelista. No importa la miseria, el fracaso, el hambre dolorosa (porque el hambre duele), no importa el mundo todo en nuestra contra.
Por sobre la abrumadora evidencia y pruebas irrefutables de que acometemos una empresa insensata, por encima del amor, dios y hasta la familia, se eleva el destino fecundo del escritor.
Libro desesperado, nunca melodramático ni autocompasivo. Solo la confesión descarnada de un pr de convicciones llevadas hasta los bordes de la locura.
Junto a John Fante y Bukowski, Hamsun aparece, a menudo, en la sombra opacado por el baldón de su nazismo necio y miserable. Sin embargo, leerlo nos reconcilia, en parte, con un grande como él.