Este cuento está ambientado en la ciudad de Pisco,
puerto ubicado al sur de Lima y lugar de muchos relatos famosos del autor. En
este caso se narra las experiencias de un niño durante la quema del muñeco de
Judas, costumbre propia de estas regiones peruanas.
Abraham, el narrador, recuerda a su padre empleado de
aduana, que por razón de su trabajo, recibe y controla los barcos que llegaban
al puerto. Así, en este capítulo II
lo dedica a la descripción del cuadro hogareño del niño con profunda
veneración: “Mi padre que era empleado en la Aduana tenía un hermoso tipo
moreno. Faz tranquila, brillante mirada, bigote prodigo (…) Mi madre era dulcemente
triste”; también nos presenta a la hermana menor.
Una noche, el padre comenta secretamente, un oscuro incidente
ocurrido a una vecina con esposo encarcelado por una presunta venganza y
delatado por su propia pareja.
La conversación narrada en el capítulo
III, se efectúa después de que Abraham despierta sobresaltado al oír nerviosamente
que un tal Fernando asesinó a un tal Kerr y que la mujer del asesino, Luisa, se
ha visto obligada a delatarlo por temor a la retención de su hijo menor.
Posteriormente como represalia, sufriría el rapto de su hijo.
El capítulo IV es
sumamente breve, se describe como el niño narrador se va quedando dormido a
orillas del mar mientras le parece ver acercarse la silueta de una mujer de
blanco.
El niño Abraham despierta en
el capítulo V y halla sorprendido en su bolsillo una medalla de plata
con la imagen de la Virgen María por lo que al siguiente día regresa al mismo
lugar. Al encontrar a la “señora blanca”, se entabla un importante dialogo
referente a la fiesta popular del día sábado de gloria, donde la figura de
Judas pretende quemarse frente al lodo le pueblo. El niño niega varias veces
perdonar al “traidor” a pesar de las reiteradas preguntas de la mujer.
Finalmente, en el capítulo
VI, Abraham se enfrenta no solo a la muerte de la “señora blanca” sino
también a la cancelación de su candor cuando comprende violentamente su culpa,
como resultado de sus respuestas inhumanas y carentes de piedad para perdonar
Judas y por el conocimiento del lugar donde debía producirse la muerte. El
pequeño narrador se siente profundamente culpable del fallecimiento de la
misteriosa mujer.
Valdelomar nos ayuda a
concluir a través de dos acontecimientos cargados de tensión: el
naufragio y el cadáver de la “señora blanca” y; el descubrimiento del
protagonista como agente de la muerte de una figuro poseedora de características
virginales y misteriosas que la niñez del protagonista se ha cancelado, debido
al acontecimiento trágico que marco indeleblemente su personalidad.
jueves, septiembre 29, 2016
me gusta esa obra por que es muy linda