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1. No es personaje de Los perros hambrientos:

Wanka
Rosendo Maqui
La Antuca
Los celedonios

2. ¿Quiénes son los Celedonios?
Los hermanos del hacendado
Los dos hijos de Simón
Dos indios bandoleros
Dos perros ovejeros


3. Antes que la personalidad o el carácter, el indigenismo de Ciro Alegría destaca por:
La vida inocente de los indios
La fuerza implacable de la naturaleza
La crueldad y las pasiones de los indios
La cultura cosmopolita de las comunidades

4. No es correcto sobre Los perros hambrientos:
Sequía
Envenenamiento
Perros ovejeros
Diluvio

5. ¿Quién es Simón Robles?:
Indio contador de historias
Bandolero retirado
Hacendado abusivo
Alférez de la policía

6. ¿Cómo mueren los celedonios?
La policía los acribilla
Se suicidan
Mueren durante la sequía
Mueren envenenados

7. ¿Quién es Rosendo Maqui?:
Personaje de La serpiente de oro
Protagonista de El mundo es ancho y ajeno
Autor indigenista
Es un illapaco

8. La mejor novela de Ciro Alegría:
Los ríos profundos
Panqui el guerrero
Los perros hambrientos
El mundo es ancho y ajeno

9. Tema principal de El mundo es ancho y ajeno:
La violencia del andino
La sequía
La rebellion de las chicheras
El problema de la tierra

10. ¿Cómo acaba El mundo es ancho y ajeno?
Con la llegada de Benito Castro
Con la muerte de Benito Castro
Con la muerte de Rosendo Maqui
Con el regreso de las lluvias

Alarmante, deprimente, desolador es el panorama que nos muestra el conocido estudioso Herbert Morote luego de una acuciosa investigación sobre el estado real de nuestro nivel educativo peruano. Con datos contundentes se nos revela una vez más lo paupérrimo de la formación tanto primaria, secundaria y -peor aún- la universitaria. Aunque la obra Pero... ¿tiene el Perú salvación? (2006) es de hace seis años, su actualidad es innegable, y a vistas del ahora, se queda corto. Recomendado, sobre todo la segunda parte donde se describe y analiza los origenes, los factores y alguna posible solución al grave problema.

¡Basta de historias! (2010) es el provocador título de la famosa obra de Andrés Oppenheimer, quien, creo, aparte de que no necesita presentación, no se calla y se despacha a su gusto contra nuestra alicaída realidad educativa latinoamericana; contra esa tendencia nuestra hacia la autocomplacencia y la medianía intelectual; y la preferencia de las humanidades, antes que la ciencia. Condición altamente riesgosa, según el autor, ya que el mundo contemporáneo, impulsado por las potencias orientales (China, India, Corea), toman la posta en el progreso material y la innovación tecnológica, que las hacen, ya, casi, inalcanzables.

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Las descargas de material protegido (cuando lo es) corre bajo su única y exclusiva responsabilidad. Los editores de esta web no tienen responsabilidad alguna sobre los archivos que los usuarios bajen ni en cómo los utilicen. Los visitantes de este sitio los utilizan con total conocimiento de lo expresado anteriormente.

El profesor (2005) de Frank Mc Court y Mal de escuela (2008) de Daniel Pennac no son de esos textos insufribles escritos por pedagogos -o psicólogos- que nunca en su vida han enseñado, sino que son dos recorridos memoriosos y reflexivos sobre la actividad docente; los múltiples avatares cotidianos del profesor; la conducta mudable y rebelde las jóvenes generaciones; y la dimensión verdadera de una de las más esforzadas y vapuleadas profesiones humanísticas. 
Desde dos culturas diferentes(EEUU y Francia) y dos generaciones disímiles, los ya famosos autores nos ofrecen, en sus respectivas obras, antes que nostalgia o anécdotas, esa sabiduría impagable que da la experiencia. Mc Court nos relata con humor entre otras cosas cómo reacciona ante un acto gravísismo de indisciplina en su primer día en un aula "problema"; cómo sus alumnos empiezan a prestar atención cuando les relata una historia vivida; cómo los padres exigen que eduque a muchachos que ni ellos mismos pueden manejar. Muy cercano, empático y cálido este gran libro. 
A su vez Daniel Pennac recuerda con sarcasmo su nulidad intelectual en el colegio, su limitadísisma memoria y luego, cuando ya es profesional, famoso y reconocido, el asombro de su madre ante la evolución de su hijo, el "zoquete" de la familia; y  la incertidumbre y la sospecha que todo es un equívoco monumental a punto de ser develado. Otra gran lectura para meditar sobre eso que llamamos "inteligencia".
Al respecto, les dejo dos reseñas. La primera de Inés Calvo sobre El profesor, y la otra sobre Mal de escuela tomada de la web Solo de Libros.  
Al final de cada reseña está el enlace respectivo para descargar el libro completo.

El profesor
El profesor McCourt me ha conmovido. Porque yo también lo soy.  Por eso leí el libro de McCourt, no porque sea un autor irlandés que se ha hecho famoso por contar su autobiografía como niño pobre e infeliz en los suburbios dublineses.
Me imaginaba que sería un libro como tantos otros sobre el tema: un compendio de experiencias tan meditadamente relatadas de forma políticamente correcta que llegan al papel muertas bajo un estilo soporífero. O bien una exaltación del trabajo del docente con la visión tierna y paternalista de los manuales educativos decimonónicos. Sin embargo, la obra de McCourt botó ante mis ojos llena de vida bulliciosa, de inmediatez explosiva, llena de sinceridad.
McCourt en este libro sigue siendo tan auténtico como en los anteriores, porque cuenta la verdad y la cuenta emocionándonos. Aunque, como él mismo confiesa, ha tenido que utilizar el humor para no sumir a sus lectores en la más profunda de las depresiones; y si eso puede suceder con lectores ajenos a la profesión de la que habla, imaginémonos qué ánimo se nos queda a profesores que como nosotros, aún se hallan ejerciendo su tarea intensa y diariamente.... Pues para nosotros, ha sido un alivio, un consuelo y a la vez un acicate reconocernos en el personaje que McCourt ha rescatado al rescatarse a sí mismo de su pasado, el profesor anonadado en sus primeras clases frente a alumnos rebeldes y difíciles, compasivo por padres confusos ante sus hijos desconocidos pertenecientes ya a otra generación tan distinta a la suya, sufridor constante de la impertérrita intromisión de los políticos y sus incoherentes reformas educativas, y víctima de la incomprensión y el menosprecio del resto de la sociedad, sorda y endurecida por afrentas pasadas e ignorancias actuales.
Además, detrás de toda su vida dedicada a la enseñanza, late una palabra nunca dicha, pero que está ahí, que se presiente como acechando ante cualquier debilidad del ánimo para saltar sobre el autor o sobre su público: La palabra “fracaso”. Tener que dedicarse a la enseñanza, casi siempre como profesor temporal o interino, suponía para el autor y para la gente que le rodeaba, ser un fracasado, frente a otros profesionales similares pero más valorados, como por ejemplo, los catedráticos de la universidad, los críticos literarios o los escritores consagrados. Y es fantástica, aunque también característica de él, la humildad con que nos cuenta el desperdicio de su dos años intentando hacer una tesis doctoral en Irlanda, y su vuelta a casa “sin nada”, otra vez adentrado en la palabra no escrita, el fracaso. O el final de su matrimonio, otro fracaso más, relatado con sencillez y llaneza; qué grande hay que ser para saber hacerse tan pequeño.
Los dos últimos capítulos, cuando McCourt es ya querido y respetado como profesor sin embargo son los más flojos, aunque antes está esa clase magistral de escritura creativa metamorfoseada por obra y arte de la originalidad en pic-nic en el parque, como culminación de la transformación de los libros de cocina en modelos literarios. Antes hemos pasado por tantas anécdotas, tantas historias, tanta vida académica acumulada que una profesión aparentemente aburrida se convierte en algo apasionante.
Nosotros ya hemos empezado a ver nuestro trabajo de otra manera.

 Mal de escuela
Daniel Pennac vuelve a darnos una lección magistral, repleta de lucidez y sentido del humor, en este “Mal de escuela”, un libro que versa sobre ese eterno tema de debate que es el fracaso escolar. El acierto de Pennac es enfocar la visión de esta obra directamente sobre el mal estudiante, de modo que singulariza cada individuo de esa estadística negra que mancha todo sistema de educación.
 Daniel Pennac fue un mal estudiante, lo que él mismo llama “un zoquete”, y esa circunstancia le permite abordar el espinoso asunto desde una perspectiva pegada a la realidad, lejos de retóricas de despacho. Su experiencia como profesor durante veinticinco años, en muchos casos impartiendo clases a alumnos especiales, le concede también el punto de vista de quien está al otro lado, tratando de trabajar día a día con alumnos desmotivados, que se empeñan en levantar con esfuerzo una barrera entre ellos y el conocimiento.
 Pennac nos dibuja así el retrato de un alumno que no pretende ser rebelde, que no es necesariamente poco trabajador, pero que no rinde en clase, simplemente porque no comprende. En algún momento se ha descarriado, separándose del resto de la clase. Incapaz de asimilar alguna noción y perdido el pie, la distancia entre el grupo y él se va haciendo cada vez mayor. Convencido de su incompetencia, el alumno se rinde.
Ante esta situación, profesor tras profesor se aferra al conocido recurso de “Le falta base”, para abandonar a su suerte a un náufrago que se hunde y que, entonces sí, puede adoptar esa actitud de rebeldía o de ser incomprendido que tanto gusta entre los adolescentes. Pero su fracaso es el del profesor que no acierta a derribar la barrera que le separa de la materia que debe dominar, y que prefiere encogerse de hombros antes que dar marcha atrás hasta el momento en que el alumno descarriló.
 Por su parte, los padres del mal alumno raras veces saben afrontar el problema y plantearse seriamente la búsqueda de una solución. La falta de tiempo o la desilusión les llevan a mirar para otro lado, fingiendo que todo está bien, o a estigmatizar al estudiante, augurándole el más negro de los destinos como consecuencia de su ignorancia e ineptitud.
 Como consecuencia de las actitudes de quienes deberían ayudarle, el joven abandona por completo cualquier esfuerzo. Convencido de que estudiar no va con él, deja que crezca sin cesar la muralla que lo separa de sus compañeros, profesores y padres. Los esfuerzos que debería emplear en formarse, se le van en encontrar excusas que le justifiquen ante unos y otros, una agotadora tarea que, sin embargo, no le reportará más que insatisfacción.
 Aunque Pennac apunta que el mal alumno existe desde el principio de la educación pública, a la que parece inherente, no deja de señalar la parte de culpa que en los últimos tiempos puede tener en el fracaso escolar la pérdida de valores de nuestra sociedad, que ha convertido a nuestros niños y adolescentes en consumidores de pro, incitándoles a adquirir productos (con un dinero que aún no ganan) y sin darles tiempo a que se hagan con los conocimientos y la madurez necesarios para desarrollar un criterio propio.
 Pero, afortunadamente, hay profesores y familias que se implican, esforzándose en derribar la barrera que los malos estudiantes levantan en derredor. Les convencen de que no son unos fracasados, de que estudiar y aprender sí va con ellos y les demuestran que el futuro les tiene un lugar reservado. A base de hacerles comprender que al conocimiento se llega por los pasos contados, que cada clase o cada hora de estudio es importante en sí misma, sin tener que medir continuamente el conjunto, logran, por ejemplo, que un mal alumno se convierta en un profesor y novelista de la talla de Pennac.

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Clases de Lenguaje para nivel preuniversitario desarrolladas completamente por profesores de la Pre San Marcos, auspiciadas por la Academia Rubiños. Otras clases virtuales de ciencias o matemáticas las pueden encontrar en su web Editorial Rubiños o en  http://www.pdfdescarga.com/.
















Adaptación al cómic de la famosa leyenda El monte de las ánimas (1861) de Gustavo Adolfo Bécquer, en forma de historieta de 30 páginas. Se trata de una historia de corte trágico y sobrenatural, como es típico en estos relatos (leyendas) del Romanticismo.
Fantasmas que claman venganza, un daió inminente con la llegada del nuevo día, una promesa, una trampa. La historia más terrorífica que ha dado la literatura española. 
En la noche de difuntos, Alonso narra a su prima Beatriz la terrible maldición que pesa sobre el monte de las Ánimas. Sin embargo, Beatriz insiste en que su primo regrese al maléfico lugar para recuperar la banda azul que ha perdido en una cacería esa misma mañana.
Les dejamos unas cuantas imágenes en Issuu y el respectivo enlace para descargar una muestra del cómic respectivo. No todo el documento, ya que tratamos de no vulnerar los consabidos derechos editoriales de SM.

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Les dejamos el Examen de admisión UNI 2012 II (Aptitud y cultura general) tomado hoy, 13 de agosto de 2012. 
El examen está resuelto por la Academia Trilce y confiamos en su profesionalismo y solvencia académica. 
Asimismo, pueden verlo online en nuestra página (en flash, desde el servidor Issuu). 
También pueden descargarlo. Y si desean les dejamos más abajo el enlace de la misma academia.

1. Obra que inicia el Indigenismo en el Perú:
Los ríos profundos
Cuentos andinos
Los perros hambrientos
El mundo es ancho y ajeno

2. No es un autor indigenista:
Arguedas
Ribeyro
Ciro Alegría
López Albújar

3. El último de los indigenistas, y el más auténtico:
Arguedas
Scorza
Ciro Alegría
López Albújar

4. No es correcto sobre el Indigenismo:
Revaloración de los andino
Fue escrita por los propios andinos
Denuncia de los abusos sufrido por los indios
Sobresalión en el género narrativo

5. No es obra indigenista:
Los cachorros
La serpiente de oro
Todas las sangres
Cuentos andinos

6. Matalaché no es obra indigenista, sobre todo porque:
Fue escrita por un criollo
Tiene final feliz
Trata sobre esclavos negros
No denuncia la discriminación

7. Considerada la mejor novela del Indigenismo, la más representativa:
Yawar fiesta
El mundo es ancho y ajeno
Los ríos profundos
Cuentos andinos

8. Juan Jorge, el Illapaco, es un personaje del cuento:
El campeón de la muerte
Matalaché
El sueño del pongo
El mundo es ancho y ajeno

9. Ushanan Jampi es un cuento del libro:
Tungsteno
Yawar fiesta
Los perros hambrientos
Cuentos andinos

10. ¿Qué era un Illapaco?
Un vendedor de armas
Un mestizo de la sierra
Un hacendado peruano
Un sicario andino



Aunque muchas de estas propuestas son sabidas por la mayoría de profesionales de la educación, el enfoque particular desde una consultoría de negocios, como es la web Óptima Infinito de José Miguel Bolívar, le otorga un valor agregado.

Siguiendo el interesante debate que tuvo lugar hace varios meses en este blog alrededor de los Rasgos del Aprendizaje 2.0, comparto en esta entrada mis reflexiones sobre algunas de las -probablemente muchas- iniciativas que habría que llevar a cabo para transformar el obsoleto sistema educativo actual y adaptarlo a las necesidades que surgen de esta nueva realidad.

Por aclarar el concepto, entiendo por Educación 2.0 aquella que se adapta a las necesidades reales de esta nueva época, abarcando el desarrollo de las personas más jóvenes desde un enfoque humanista, inspirada en los valores y comportamientos más positivos que -como la colaboración- han resurgido con la aparición de la web 2.0 y que aprovecha, haciendo uso extensivo de ellas, las nuevas tecnologías.

Mis 10 propuestas para empezar a avanzar en esta dirección son las siguientes:
  1. Dar prioridad a las preguntas. El sistema educativo actual se basa en aprender las respuestas, no en saber hacer[se] las preguntas adecuadas. Ese enfoque da lugar a comportamientos reactivos en lugar de proactivos. Una de las prioridades de una Educación 2.0 debería ser enseñar a pensar. Hay que sustituir un sistema educativo ideado para educar en la conformidad por otro destinado a desarrollar el pensamiento crítico
  2. Centrarse en resultados. Hay que evolucionar de un sistema centrado en el “qué“, desde un enfoque predominantemente teórico, a otro más orientado a el “para qué” y el “cómo“, con un carácter mucho más práctico. El conocimiento teórico debe entenderse como un medio para llegar al conocimiento aplicado, no como un fin en sí mismo, reconociendo que el verdadero valor se encuentra habitualmente en forma de conocimiento tácito
  3. Desmitificar la memoria. La memoria está sobrevalorada. Recordar es importante cuando la información es escasa y el acceso a la misma resulta lento, complicado y costoso. En un escenario de abundancia de información lo importante no es recordarla sino saber dónde encontrarla, cómo filtrarla, sintetizarla, relacionarla y, en definitiva, cómo generar conocimiento a partir de ella
  4. Superar la mediocridad. Igualdad de oportunidades en el acceso a la educación no debe implicar uniformidad a la baja ni avanzar al ritmo del más lento. Integrar la diversidad no significa penalizar a los que destacan sino reconocer las diferencias y adecuar el sistema a las necesidades y capacidades de cada uno basándose en criterios meritocráticos
  5. Repensar los programas. Es preciso superar el concepto de “programa educativo” y sustituirlo por el de “opciones de aprendizaje”. De la “plantilla única en blanco y negro” al “lienzo en blanco con caja de colores”. En una Educación 2.0, el programa educativo lo define cada alumno a partir de un amplio portfolio de opciones disponibles, permitiendo de este modo que cada persona se desarrolle en función de sus habilidades y fortalezas y no de unos estándares que le vienen impuestos
  6. Deslocalizar el aprendizaje. Aprender no es lo que haces en el colegio sino una actitud ante la vida. Educamos knowmads. El aprendizaje debe desvincularse de la presencia en un centro educativo y pasar a ser algo que puede ocurrir en cualquier momento y lugar. Para ello hay que aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la tecnología y lograr que el valor de aprender se perciba no sólo en el resultado sino también en el proceso
  7. Integrarla en lo cotidiano. Es crítico romper con la idea de la educación como etapa vital y, por tanto, como algo con un principio y un final. Hoy día es indispensable aprender a aprender durante toda la vida como requisito fundamental para la no obsolescencia. Dejar de aprender es perder gran parte de la capacidad para evolucionar y adaptarse con éxito a los cambios. Por eso la educación debe pasar a entenderse como un continuo, como un hábito que trasciende al período educativo formal. Aprender debe pasar a ser algo tan cotidiano como respirar
  8. Hibridar en las fuentes. La educación ya no puede, ni debe, estar vinculada en exclusiva a un gremio. “Para educar a un niño hace falta la tribu entera” es una verdad que no debería quedar reducida a una frase simpática. La educación es demasiado importante como para dejarla únicamente en manos de los profesores. La sociedad debe involucrarse y todos los profesionales, procedan del área que procedan, deberían ser en algún momento maestros -entendido en un sentido clásico- actuando como mentores e implicándose en la labor de educar, compartiendo experiencias y mejores prácticas, dando acceso a puntos de vista complementarios o incluso opuestos y, en definitiva, acercando y haciendo visible el resultado de la educación a los más jóvenes
  9. Desarrollar competencias. No tiene sentido seguir basando la educación en contenidos que ya están obsoletos o lo estarán en breve. La Educación 2.0 debe estar basada en el desarrollo de competencias, muchas de ellas digitales, que permitan formar personas capaces de adaptarse a los constantes cambios y de reinventarse de forma continua. Desaparecido el puesto de trabajo, lo que importa ya no es lo que has aprendido sino lo que eres capaz de aprender y, sobre todo, lo que eres capaz de hacer con ello
  10. Adaptarla a cada persona. El rol único del profesor debe desdoblarse para dar lugar a varios roles complementarios:
  1. El facilitador: A medio camino entre un tutor y un curador de contenidos. El papel del facilitador es poner al alumno en contacto con información que es capaz de entender y procesar, ayudándole a desarrollar el criterio y las competencias para ser capaz de encontrarla y aprovecharla de forma autónoma e independiente. Una de las tareas clave del facilitador es ayudar en el proceso de creación de los entornos personales de aprendizaje (PLEs).
  1. El maestro: Entendido como mentor. Se trata de profesionales con experiencia que han alcanzado una relevancia significativa en áreas concretas y que comparten su buen saber hacer con los más jóvenes, sirviendo como modelos, acercando teoría y práctica y haciendo posible la hibridación en las fuentes de la que hablábamos
  1. El coach: El acceso a la información, la existencia de modelos y el desarrollo de competencias sirven de poco si no se alinean con un propósito, una visión y unos objetivos personales. El papel del coach consiste en que cada joven sea el auténtico protagonista en su proceso educativo y pueda, de forma individual y personalizada, canalizar los recursos de los que dispone adaptándolos a sus necesidades, integrándolos con sus motivaciones y construyendo con ellos su propio mapa de ruta.
    Estamos aún muy lejos y sospecho que el camino será largo y difícil pero si sabemos dónde queremos llegar nos será más fácil ir avanzando en la dirección correcta.

    ANTE RECLAMOS DE LA EDITORIAL DELTA (Propietaria de los derechos de esa específica publicación)HEMOS QUITADO EL ENLACE RESPECTIVO.